¿Está demostrado que el ejercicio
físico frecuente puede hacer disminuir la tensión
arterial en una persona con hipertensión?
En 1993, el Colegio Americano de Medicina del Deporte
aseguró oficialmente que sí. Los resultados de más
de 40 estudios publicados al respecto indican que en personas
que tienen una hipertensión moderada (140-179/ 90-109 mmHg)
se puede observar, tras varias semanas de entrenamiento físico,
una disminución media de 8 a 10 mmHg de la tensión
sistólica (la alta) y de 5 a 8 mmHg de la tensión
arterial diastólica (la baja) de reposo. (Ver también
páginas 123 a 130).
¿Esa mejora de la tensión arterial después
de varias semanas de entrenamiento, observada en personas con
hipertensión moderada, se produce de igual manera en las
personas que tienen una tensión normal o en las que tienen
una tensión muy alta?
No. En general el descenso de la tensión
arterial con el entrenamiento físico es mayor cuanto mayor
sea la hipertensión del sujeto. Dicho de otro modo, las
personas que tienen una hipertensión severa mejorarán
más (aunque quizá no disminuyan los suficiente como
para llegar a cifras normales) que las que tienen una hipertensión
moderada, mientras que las personas que tienen una tensión
arterial normal disminuirán muy poco su tensión
de reposo, pero evitarán el aumento que se observa con
la edad en las personas sedentarias.
Si el entrenamiento físico es un buen tratamiento de la
hipertensión, ¿no hace falta tomar medicamentos
contra esta enfermedad cuando se decide hacer ejercicio físico
frecuentemente?
En el caso de la hipertensión moderada (140-175/
90-100 mmHg), los efectos positivos del programa de entrenamiento
son similares a los que produce la medicación que se prescribe
habitualmente, con la diferencia de que el entrenamiento físico
se acompaña de una mejora de otros factores de riesgo,
mientras que se ha observado que el tratamiento con medicación
contra la hipertensión puede empeorar otros factores de
riesgo. Por esa razón es preferible que las personas que
tienen una hipertensión moderada elijan como tratamiento
el programa de ejercicio físico en vez de la medicación,
tanto más cuanto que se está dudando sobre si es
conveniente o no tratar con la hipertensión moderada.
En el caso de las personas que tienen una hipertensión
severa (valores de reposo iguales o superiores a 180/110mmHg),
se recomienda que tomen medicación y que también
hagan un programa de entrenamiento físico adaptado a su
condición física, porque en este caso el tratamiento
mediante la actividad física no es suficiente por sí
sólo para disminuir la tensión arterial hasta valores
normales. Cuando se combinan estos dos tratamientos en estos hipertensos
severos, se ha observado una disminución de la mortalidad
y que, con el tiempo, pueden disminuir las dosis de medicación.
¿Las personas hipertensas que realizan un programa de entrenamiento
físico tienen menor riesgo de tener un accidente cardiovascular?
Sí. Siempre que el ejercicio se haga en
buenas condiciones (Ver Capítulo 4) la mortalidad en esas
personas es, de media, un 37% inferior que la de las personas
que tienen hipertensión pero no hacen ejercicio.
¿El entrenamiento físico puede hacer disminuir los
niveles de colesterol en sangre en sujetos que tiene valores muy
altos?
Parece que sí, especialmente en los hombres.
¿Está demostrado que el ejercicio físico
frecuente puede ser un buen tratamiento de la diabetes?
La
diabetes es un desorden del metabolismo que se caracteriza porque
los niveles de glucosa en la sangre son excesivamente altos y
porque favorece el avance de pequeñas lesiones en los vasos
sanguíneos de diferentes órganos. La mayoría
de los estudios realizados con diabéticos que siguieron
programas de ejercicio físico indican que el entrenamiento
físico es claramente beneficioso para los diabéticos
tipo II (los que generalmente no necesitan inyectarse insulina)
porque les ayuda a perder peso y a que sus niveles de glucosa
en sangre vuelvan a ser normales. En los diabéticos tipo
1 (los que necesitan inyectarse insulina) también se producen
efectos positivos con el entrenamiento físico: con un programa
de ejercicio físico evitan o mejoran los factores de riesgo
de enfermedad cardiovascular y necesitan inyectarse menos cantidad
de insulina para mantener los niveles normales de glucosa en sangre.
(Ver también páginas 96 a 109).
¿El entrenamiento físico sirve para tratar la enfermedad
vascular periférica obstructiva?
Las personas que tienen esta enfermedad suelen
tener dolores musculares en las piernas cuando caminan, que les
obliga a detenerse un rato hasta que desaparece el dolor. El Colegio
Americano de Medicina del Deporte recomienda a estas personas
hacer ejercicio físico de modo regular, evitando la aparición
del dolor, porque varios estudios han demostrado que tras varias
semanas de ejercicio físico pueden recorrer más
metros sin sentir dolor y, a una velocidad de marcha determinada,
se reduce o desaparece el dolor.
¿El entrenamiento físico sirve
para tratar la obesidad?
Salvo raras excepciones, la obesidad se produce
por comer demasiada cantidad de alimentos, demasiada grasa de
origen animal y demasiados azúcares elaborados, y por hacer
poco ejercicio físico. Parece ser que las personas con
exceso de peso que comienzan a realizar un programa de ejercicio
físico sin modificar su dieta no adelgazan, o si lo hacen
es en menor grado que las personas que hacen solamente un régimen
dietético sin hacer ejercicio. Sin embargo, muchos estudios
han encontrado que si una persona obesa combina una dieta con
un programa de ejercicio físico, obtendrá la mayor
pérdida de peso, perderá más grasa, disminuirá
más los
factores de riesgo cardiovascular y, sobre todo, impedirá
que cuando se dé por finalizado el régimen dietético
se vuelvan a coger rápidamente los kilos perdidos con tanto
esfuerzo. (Ver también páginas 72 a 95)
¿El ejercicio físico frecuente sirve para prevenir
la osteoporosis?
Sí. La osteoporosis es una enfermedad del
esqueleto caracterizada por un descenso progresivo de la masa
ósea, que hace que el hueso sea cada vez más frágil
y, por lo tanto, más fácilmente rompible cuando
una persona sufre una caída. Se cree que el ejercicio físico
frecuente previene la pérdida de masa ósea que se
produce con la edad, disminuye el riesgo de sufrir caídas
y, en el caso de que ocurran, reduce el peligro de fracturas.
(Ver también páginas 110 a 122).
¿Es bueno el ejercicio físico para los enfermos
con asma o con bronquitis crónica o con enfisema pulmonar?
Aunque no se puede afirmar tan categóricamente
como en el caso de la hipertensión, el infarto de miocardio
o la diabetes, el Colegio Americano de Medicina del Deporte considera
que el entrenamiento físico regular, adaptado a la condición
física y a las necesidades del individuo (Ver Capítulo
4), parece que tiene efectos positivos en los enfermos asmáticos,
bronquíticos crónicos o que tienen enfisema pulmonar.
El efecto positivo más importante del entrenamiento físico
en estas personas es la mejora de la condición física
que les permite hacer más actividades lúdicas o
de la vida diaria sin sentir sofoco ni sensación de ahogo.
¿Es bueno el ejercicio físico para disminuir la
ansiedad y la depresión?
Aunque no existen evidencias concluyentes, algunos
estudios sugieren que el ejercicio físico frecuente se
acompaña probablemente de una disminución de los
niveles de ansiedad y de depresión. Además, se cree
que dicho ejercicio físico mejora la sensación de
bienestar y mejora las prestaciones en el trabajo, en las diversiones
y en las actividades deportivas. (Ver también páginas
50 y 51)
Si, por ejemplo, una persona realiza un programa de entrenamiento
físico regular durante 3 meses y después deja de
hacer ejercicio físico, ¿se mantienen los efectos
positivos adquiridos aunque deje de hacer ejercicio?
No.
Supongamos, por ejemplo, que se ha hecho un programa de entrenamiento
y se consigue que desciendan los valores de tensión arterial
de reposo. Si desde ese momento se deja de hacer ejercicio, la
tensión arterial de reposo volverá a subir al cabo
de varias semanas o meses. Por ello, es muy importante seguir
practicando ejercicio de modo regular.
¿El ejercicio físico puede tener también
efectos negativos sobre la salud?
Sí. En dos casos:
1º) Si se tiene alguna enfermedad que desaconseje
hacer ejercicio físico. Sin embargo, hay que saber que
el número de enfermedades en las que el ejercicio físico
tiene efectos negativos es muy pequeño (Ver Capítulo
4).
2º) Si se practica con desmesura, con entrenamientos
diarios, durante mucho tiempo cada día y a un ritmo muy
intenso, no mejorará la salud ni los factores de riesgo
en mayor grado que si se hace ejercicio físico con moderación;
por el contrario, existirá el riesgo de sentirse excesivamente
fatigado, de tener lesiones, y se estará más expuesto
a contraer enfermedades.
¿Qué hay que hacer para que el ejercicio no tenga
efectos negativos para la salud?
Adaptarlo a las condiciones físicas
de cada sujeto, especialmente si se tiene alguna enfermedad o
algún factor de riesgo. Para ello, no es conveniente comenzar
por las buenas a realizar un programa de ejercicio físico,
ni pensar que aunque se realice ejercicio físico con asiduidad,
se está inmunizado contra algunos riesgos que conlleva
su práctica; es mejor hacer periódicamente una valoración
previa, siguiendo las pautas que se darán en el capítulo
4.
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conveniente hacer deporte? |
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