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En este grupo de edad el objetivo tiene que ser
evitar la pérdida de masa ósea y prevenir las caídas.
El Colegio Americano de Medicina del Deporte señala que
el ejercicio físico en el anciano es positivo porque mejora
su calidad de vida, aumenta su capacidad de trabajo y prolonga
su independencia funcional; entendiendo por independencia funcional
la capacidad de esta persona para ir a la compra, visitar a los
amigos, usar el transporte público y desarrollar actividades
más especializadas de la vida diaria.
En ancianos que mantienen unas condiciones de salud que no contraindican
la práctica regular de ejercicio, podemos plantear un programa
de ejercicio teniendo en cuenta que nuestro objetivo tiene que
ir encaminado a mantener una condición física aeróbica
y una fuerza muscular que le permitan mantener su masa ósea
(¿incluso mejorarla?) y le ayuden a evitar las caídas.
Vamos a plantear ahora el caso muy frecuente de una persona anciana
con niveles bajos de condición física o que ya ha
tenido alguna fractura osteoporótica
¿Cómo evitar al menos la pérdida de masa
ósea en un anciano con mala condición física
y/ o que ya ha tenido alguna fractura osteoporótica?
Para una persona anciana de estas características, que
mantiene su independencia funcional, son recomendables actividades
en las que la persona tiene que soportar su propio peso; pero,
al mismo tiempo, tienen que ser de bajo riesgo, de bajo impacto
y que no pongan en peligro la estabilidad de esa persona.
¿Caminar es suficiente?
En el caso de personas con una condición física
mala o con otros problemas de salud que le impiden desarrollar
otro tipo de actividades, se han estudiado varios protocolos en
los que el ejercicio consiste en caminar; y se ha visto que cuando
se camina a paso ligero, vivo, 3 días por semana, 30 minutos
por sesión; o cuando se incluyen lastre (peso sujeto a
las muñecas) cuatro días por semana, 50 minutos
por sesión, caminando con pulsaciones del 75-80% del pulso
máximo, se consigue una mejora modesta de la densidad mineral
ósea en columna lumbar. Sin embargo, a esta mejora modesta
hay que "sumarle" la pérdida de hueso que sufren
los que no han hecho ese ejercicio físico durante ese tiempo.
Por ejemplo, en un estudio se vió que el grupo que caminaba,
al cabo de un año había incrementado la densidad
mineral ósea de la columna lumbar "sólo"
en un 0.5%; sin embargo, por contra, en el grupo control que no
había desarrollado este programa de ejercicio físico,
esta densidad ósea había descendido en un 7%.
¿Tiene algún efecto positivo
el ejercicio realizado sin soportar uno su propio peso; por ejemplo,
ejercicio en bicicleta estática?
Es frecuente el caso de personas limitadas, con problemas artríticos,
ortopédicos o con problemas de estabilidad, a los que resulta
difícil o incluso es desaconsejable que realicen ejercicio
físico que conlleve el soporte de su propio peso; para
estas personas, el ejercicio realizado en bicicleta estática,
que es un tipo de entrenamiento ampliamente extendido y recomendado
para mejorar la condición física y la salud, podría
ser la solución. Pero, hasta ahora, se ha puesto en duda
que el ejercicio realizado sin que el cuerpo soporte su propio
peso sea efectivo a la hora de mejorar la salud del hueso de una
persona. No obstante, en un trabajo realizado con 7 mujeres posmenopáusicas
(que tomaban 1500mg/ d de calcio y no habían sido tratadas
con estrógenos en los últimos 6 meses), trabajando
3 días alternos a la semana, durante 8 meses, en sesiones
que consistían en 15 minutos de calentamiento a base de
ejercicios de flexibilidad y calisténicos, y 30 minutos
de ejercicio sobre la bicicleta a intensidades del 60 al 80% de
su pulso máximo, se encontró una mejora significativa
de un 3.6 % en la densidad mineral ósea de la columna lumbar,
mientras que en otro grupo de 7 mujeres sedentarias se producía
un descenso de un 2.4%. En el cuello del fémur no se encontraron
diferencias significativas.
¿En ancianos es recomendable trabajar la fuerza?
Sí, como lo demuestra por ejemplo un estudio desarrollado
con ancianos de 90 años: después de 7 semanas de
entrenamiento de la fuerza máxima (cargas del 80% de una
1- RM), estas personas experimentaban una ganancia de fuerza en
piernas y un aumento de la movilidad funcional, de tal modo que
dos sujetos que utilizaban bastón al comienzo del estudio,
dejaron de utilizarlo al final del trabajo; y uno de los tres
sujetos que no eran capaces de levantarse de una silla sin utilizar
los brazos lo consigue al final de esta experiencia.
¿Puede una persona encamada evitar la pérdida de
masa ósea?
Es muy difícil, porque el masaje o la gimnasia pasiva no
evitan la pérdida de masa ósea
¿Cómo evitar que un anciano se caiga?
En ancianos que tienen limitada su independencia funcional, nuestro
principal objetivo tiene que ir orientado a que recupere su independencia
funcional y a evitar la caída, puesto que es el precipitante
fundamental de las fracturas de cadera y de otro tipo de fracturas
osteoporóticas. Un factor de riesgo de caídas en
el anciano es la disminución en la velocidad habitual de
la marcha que, a su vez, se acompaña de un deterioro en
uno o más de los siguientes variables: fuerza en extremidades
inferiores, equilibrio y flexibilidad. Por lo tanto, trabajar
estas variables tienen que ser un objetivo prioritario.
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La Osteoporosis. Papel del ejercicio físico en la prevención |
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