¿Qué pasos hay que dar cuando
uno siente dolor en la espalda?
El primer paso que conviene dar es saber si es
necesario que consultemos o no al médico. Se recomienda
que hay que ir inmediatamente al médico si se tiene un
dolor de espalda con estas características:
- El dolor se ha producido como consecuencia
de un golpe, una caída o un accidente.
- El dolor se ha producido súbitamente levantando un
objeto pesado (en el caso de que se trate de una persona mayor).
- Cuando, además del dolor de espalda, notamos que nuestro
pié tropieza al andar o no podemos ponernos de puntillas.
- Cuando, además del dolor de espalda, sentimos una continua
sensación de hormigueo, entumecimiento o debilidad en
las piernas o en la parte baja del tronco.
- Cuando el dolor de espalda nos despierta por la noche, pero
mejora si nos levantamos y andamos.
- Cuando se ha perdido el control al orinar o al defecar.
En todos esos casos, se recomienda ser visto rápidamente
por un médico. Además, también conviene ir
al médico, aunque sin urgencia si:
- Además del dolor de espalda, sentimos
un dolor que recorre nuestras piernas o brazos.
- Si tenemos inflamadas o doloridas otras articulaciones sin
que hayamos tenido un accidente o una caída.
- El dolor no mejora después de varios días de
reposo y de haber tomado algunas medidas para intentar aliviarlo.
¿En el caso de que no sea necesario ir al médico,
cómo puede uno intentar aliviarlo?
Siempre que no se necesite ir al médico,
se recomiendan 6 consejos para intentar aliviar el dolor de espalda:
1. Detener la
actividad y estar en reposo. Una buena posición de reposo
es estar tumbados boca arriba en la cama, con una almohada bajo
las rodillas. Otra posición recomendada es tumbarse boca
arriba en el suelo, poniendo una almohadilla debajo del cuello
y apoyando los pies en el asiento de una silla o sillón.
Es importante que las rodillas estén en ángulo
recto. La figura 2.17 muestra esta última posición.
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Figura.2.17
Una de las posiciones recomendadas
para combatir el dolor de espalda.
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Si el dolor es muy intenso, se puede intentar estar
en reposo en cama durante 2 días. No conviene estar más
de dos días de reposo, excepto si lo recomienda el médico,
porque los músculos que soportan la espalda pueden debilitarse
y perjudicar la curación.
2. Mientras se
esté 1 ó 2 días en la cama, hay que evitar
la posición sentada, porque se aumenta la tensión
en la espalda. Sin embargo, conviene levantarse cada 2 a 3 horas,
ponerse de pie y moverse durante 20 a 30 minutos. En este tiempo
se puede andar despacio.
3. Hay que tumbarse
y levantarse con precaución de la cama. Para ello, si
se tiene dolor en la parte izquierda de la espalda, hay que
acostarse por el lado izquierdo y viceversa. Para acostarse,
hay que bajar la cabeza y el tronco hacia la izquierda, como
indica la figura 2.18, y levantar las piernas. Después,
rodar despacio hasta colocarse boca arriba. Para levantarse,
hay que seguir los pasos inversos.
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Figura.2.18
Posición correcta para
acostarse y
levantarse de la cama.
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4. Se puede tomar
un analgésico y un antiinflamatorio (aspirina). No hay
que tomarlos si se tiene asma o pólipos nasales, o si
se es alérgico a estos medicamentos. Siempre conviene
consultar el prospecto.
5. Durante las
primeras 48 horas, aplicar hielo (en el interior de una bolsa
de plástico) durante no más de 20 minutos, sobre
la piel o sobre una toalla fina que esté sobre la piel
de la zona dolorida. El frío reducirá el dolor,
la inflamación y las contracturas musculares. Se puede
repetir esto tres o cuatro veces por día. Si se es muy
sensible al frío o se tiene artritis reumatoide, hay
que ser prudentes con el frío.
6. Después
de 2 días de dolor, se puede tratar la zona dolorida
con calor, excepto si el dolor de espalda fue causado por una
accidente o caída. El calor suele disminuir el dolor.
El calor se puede aplicar tomando una ducha caliente en la zona
dolorida, o aplicando sobre la zona una botella de agua caliente
envuelta en una toalla, durante 20 minutos, dos veces al día.
Por último, si los dolores no ceden convendrá
visitar a su médico.
¿Cuáles son los tratamientos más recomendados
por los médicos para tratar el dolor de espalda?
El reposo, la medicación contra el dolor
(analgésicos), la inflamación (antiinflamatorios),
y las contracturas musculares (miorelajantes),la fisioterapia,
el ejercicio físico y la educación postural, portar
aparatos ortopédicos (como los corsés), las tracciones,
y las intervenciones quirúrgicas. En los próximos
párrafos se comentarán los ejercicios físicos
recomendados y los consejos sobre educación postural para
prevenir en lo posible el dolor de espalda.
¿Por qué es importante el ejercicio físico
para prevenir el dolor de espalda?
Ante todo, conviene señalar que el ejercicio
físico no es la fórmula mágica que permite
prevenir y tratar los dolores de espalda. Sin embargo, se ha demostrado
que las personas que tienen bajos valores de fuerza de extensión
del tronco, de fuerza en los pectorales y poco equilibrio y resistencia
aeróbica, suelen tener más dolores de espalda o
perciben que su espalda no funciona normalmente. Además,
se ha observado que las personas que hacen ejercicio físico
de regularmente pero no intenso, tienen menos episodios de dolor
de espalda que las personas sedentarias. Por ello, se recomienda
que las personas que hayan tenido un episodio de dolor de espalda,
o quieran prevenirlo, realicen un programa de ejercicio físico.
Este programa, es muy similar al recomendado a la población
que no ha tenido dolores de espalda, aunque hay que respetar algunas
peculiaridades.
¿Qué pasos previos conviene que den las personas
que han tenido dolor de espalda y quieren hacer un programa de
ejercicio físico?
Los mismos que se señalarán en el
capítulo 4. Además, deberán tener en cuenta
las siguientes recomendaciones especiales:
1. No hay que hacer el programa de ejercicio
si:
a. Su tipo de dolor recomienda que vaya a ver
urgentemente a un médico.
b. El dolor no disminuye a pesar de haber hecho unos días
de reposo.
c. El dolor de espalda se ha producido como consecuencia de
un accidente.
d. El dolor se acompaña de problemas al defecar o al
orinar.
e. El dolor ha aparecido después de una enfermedad
o unos días de fiebre.
f. El dolor es muy intenso y se manifiesta también
debajo de las rodillas.
g. Además del dolor, se siente debilidad, entumecimiento
u hormigueo debajo de la rodilla.
En todos estos casos, se debe consultar al médico.
2. No hay que hacer un determinado ejercicio,
o una parte de un ejercicio, si produce dolor.
3. Si se tiene osteoporosis, conviene evitar
los ejercicios de flexión del tronco (flexionar el tronco
hacia delante).
4. Conviene hacer los ejercicios lentamente,
sin forzar, para evitar movimientos bruscos que puedan dañar
la espalda.
5. No hay que hacer el programa de ejercicio
mientras sintamos dolor. El programa de ejercicio hay que comenzarlo
cuando ha remitido el dolor o ha disminuido mucho. No se ha
demostrado que comenzar a hacer un programa de ejercicio físico
cuando se tiene el dolor agudo de espalda sea efectivo para
disminuir el dolor.
6. Una vez que ha disminuido mucho el dolor,
se recomienda comenzar a hacer un programa de ejercicio físico
que incluya ejercicios de fuerza, resistencia aeróbica
y flexibilidad, similar básicamente al programa que se
desarrollará en el capítulo 5. Se ha sugerido
que estos tipos de programas de entrenamiento alivian los síntomas
de los dolores de espalda que aparecerán más adelante
y probablemente disminuyen el número de episodios de
dolor de espalda del futuro. Las únicas particularidades
de los programas adaptados para las personas que han tenido
dolores frecuentes de espalda son: a) se debe dar prioridad
a los ejercicios de fuerza, especialmente a los que fortalecen
los músculos abdominales, y los músculos de la
espalda. Algunos estudios han encontrado una reducción
muy importante de los dolores de espalda en sujetos después
de un entrenamiento intenso de fuerza de los músculos
abdominales y de la espalda, y b) además de los ejercicios
recomendados en el programa general de ejercicio físico
(Ver capítulo 5), conviene añadir estos dos ejercicios
de inclinación de la pelvis:
Ejercicio número 1.
De pie, con la espalda
apoyada contra la pared, los pies separados la anchura de
las caderas, y los talones separados unos 30 a 45 centímetros
de la pared. Tener las rodillas ligeramente dobladas. Empujar
la pelvis hacia atrás para que entre en contacto con
la pared. Contraer los músculos abdominales (apretar
fuerte la tripa), y mantener esta posición durante
5 segundos. Repetir esta secuencia 15 a 20 veces, dejando
un descanso de 10 a 15 segundos.
Ejercicio número 2.
Tumbado en el suelo,
boca arriba, apoyando el cuello y la cabeza en una almohada
pequeña, con las rodillas dobladas, las plantas de
los pies en el suelo, y los brazos separados a ambos lados
del tronco, con las palmas de las manos mirando hacia abajo.
Echar el aire y empujar la pelvis hacia atrás, para
que entre en contacto con el suelo. Contraer los músculos
abdominales (apretar fuerte la tripa), y mantener esta posición
durante 5 segundos. Repetir esta secuencia 15 a 20 veces,
dejando un descanso de 10 a 15 segundos.
7. Por último, si se tiene un grave
problema de sobrepeso o en las articulaciones, muchos de los
ejercicios recomendados pueden hacerse en el agua, en piscinas
de poca profundidad, que permiten andar, saltar, etc.
¿En qué consiste la educación
postural para prevenir los dolores de espalda?
Consiste en aprender una serie de consejos y normas
que conviene tener en cuenta en los gestos y posturas habituales
de la vida diaria, para intentar prevenir los dolores de espalda.
En los siguientes párrafos se señalarán algunos
consejos útiles a tener en cuenta cuando se está
de pié, durmiendo, conduciendo, en la oficina, o tenemos
que coger pesos.
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Adultos jóvenes y de Mediana Edad . Tres buenas razones... |
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